UN DÍA DE AROMAS
Esta mañana temprano al
abrir la ventana, me invadió un mundo de aromas. Los fogones vecinos hacían
galas de la cocción de sus alimentos. Fue una sensación muy agradable.
Perfectamente se podían identificar cada una de esas fragancias de cocido
quemado, café, infusiones varias, hasta las exquisitas tortillas.
En la tarde los mbigua volaban en distintas
composiciones aéreas, como de costumbre.
Un anciano vecino estaba sentado en una silla
cable frente a su pieza, con las piernas cruzadas, una radio pequeña en la
mano, escucha una polca paraguaya que seguía con un delgado silbido, y la
mirada lejana. ¿Dónde estaría pensando? No sé. Cerca de él una señora también mayor,
regaba unas plantitas, cuyos contenedores son latas de aceites y de duraznos.
Ese es un digno jardín que siempre acompaña a un humilde hogar.
Los olores nuevamente estaban
presentes y llegaban a deleitar nuestros olfatos Desconozco su procedencia, pero
era un gozo disfrutar de ellos en la distancia. El fogón mi lar también
desprendía la fragancia de una exquisita torta de banana, receta de la querida
Profesora Adelina Pusineri.
¡A gozar de las cosas sencillas !
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